Acá se respira lucha

Son las 11 de la mañana y hacen 8 grados en la ciudad de Buenos Aires, el cielo está gris y lleno de nubes. La plaza del congreso es un caos, miles de personas reunidas con posturas firmes y no tanto, divididas por vallas. De un lado, sobre av Rivadavia y Callao, una ola color verde tiñe anchas cuadras, bombos, carpas y cantos que piden por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, del otro lado por la av Hipolito Yrigoyen cientos de personas se refugian detrás de los colores celeste y rosa, un escenario proyecta videos, rezos se escuchan, rosarios se venden y una palabra sale de muchas bocas: DIOS. Es la palabra que más me llamó la atención ¿Qué tendrá que ver DIOS en todo esto?

El trabajo de tres largos meses de debate, reúnen en asamblea a 255 Diputados, 23 horas después, termina la sesión y el resultado es inminente 128 votos a favor 126 en contra y una abstención. El grito del pueblo argentino fue más fuerte que todos los dogmas, hemos logrado media sanción. La lucha no ha terminado aún, queda la discusión en el Senado, pero para nosotras las argentinas y para el mundo entero, el hecho de que se debata, ya es una victoria.

El proyecto de ley representa un avance enorme dentro de la salud pública de nuestro país, plantea el acompañamiento terapéutico de miles de mujeres que toman la decisión de interrumpir su embarazo, las corren de la estigmatización y de la clandestinidad, se termina un negocio millonario que especula con la necesidad, se dejan de vender pastillas de misoprostol a $2000 pesos cuando en realidad no valen ni un tercio y se habla de educación sexual, se educa sobre sexualidad.

Miles de anécdotas acompañan este momento, lo que más me sorprende es cómo se habla del tema hoy, estemos a favor o en contra, está en en agenda, cuando hace 5 años atrás era algo prácticamente innombrable.

Las mujeres no tenemos más miedo de decirlo, las mujeres abortamos y ya no nos importa que opinen sobre nosotras por hacerlo.